Sin cuenta.
Llego sin saber cómo; sin manuales,
sin mapas, instructivos, sin apenas
una vida que desborda sospechas
y algunas certezas fuertes, puntuales.
Heme aquí, pendiente de las bondades
que diez lustros dejaron en la puerta,
las bebo día con día, en la terca
persecución de las grandes verdades.
Pocos, muchos, ¿sabe Dios cuántos quedan,
viajes elípticos sobre esta esfera?
Tanta es su bondad, que no me lo dice.
Sobre la mesa, pérdidas, ganancias.
En la mente, silogismos, erratas.
Corazón y vida, ambos sonríen.
Francisco Arriaga.
México, Frontera Norte.
12 de agosto de 2024.
Comentarios
Publicar un comentario