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Don Zefe.

 El año pasado, en 2024, supe de Don Zefe. Vendedor de raspados en la acera de alguna escuela primaria, al parecer en Ciudad Victoria, Tamaulipas, ofreció un vasito gratis a los niños que terminaron de cursar el Sexto Grado. Un cartel tamaño cartulina, escrito con cuidado, no deja lugar a la duda. Él, desde su trinchera, está buscando también crear un país mejor, diciéndoles a esos niños que hay alguien que se preocupa por ellos y les desea un futuro brillante, una buena vida. "POR MOTI BO dE SU GRAdUASION y TERMINASION dE SICLO ESCOLAR RASPAS dON ZEFE LES TRAE SU BASO GRATIS! A TodoS y LES dESEA FELISES BACASIONES ATodoS" Pocas cosas más duraderas que el agradecimiento de esos niños que, ahora, quizás no perciben el alcance de ese vasito de raspado. Y andando los años, quién sabe hasta dónde pueda llegar en la búsqueda de sus sueños, alguno de esos estudiantes que recién terminaron su educación primaria. Vaya este pequeño homenaje a Don Zefe, con mi admiración y respeto. Fra...
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Cuento. La herencia.

  La herencia.     Después de firmar el documento, se contuvo un par de segundos antes de entregarlo al notario. —De lujo, —dijo con voz pausada, como si disfrutase de cada sílaba con un goce que nadie más entendería. Dos cosas lo llevaron a dejar la presidencia del corporativo, ambas igualmente definitivas. La primera, el tanque de oxígeno enchapado con oro falso, que últimamente lo acompañaba a todos lados y era cuidadosamente observado por el equipo de enfermeros a turno completo, contratados únicamente con el fin de rellenarlo y administrar fármacos, y la segunda, peor aún. Los setenta y ocho años que llevaba encima y le agriaban hasta el antaño mínimo gusto de tomarse un trago de cognac Martell de alta gama, los viernes por la tarde justamente cuando cerraba el ejercicio bursátil. Sabía que era poco, poquísimo el tiempo que le quedaba. Sus órganos, enfermos y con ritmos sincopados, seguían funcionando por algún tipo de oscura mecánica consistente únicamente...

Signo, símbolo, ideograma: sobre un verso tránsfuga de Octavio Paz.

  Signo, símbolo, ideograma: sobre un verso tránsfuga de Octavio Paz.   Poco queda por decir sobre la obra y finalmente, el legado de Octavio Paz, que no haya sido abordado siquiera de manera tangencial por algún ensayo académico, estudio literario y también, alguna ‘Historia de la Literatura’ de carácter escolar. Entre la marea de publicaciones que tienen la obra de Paz como su eje y asunto, es poco probable que pueda agregarse un comentario inédito o ‘nuevo’ y menos probable aún, que pueda abordársele con un punto de vista totalmente diferente que coloque en primer plano alguna vertiente inexplorada de tal corpus: hijo de su tiempo, hizo malabares con sus cargos políticos, su obra poética y ensayística, sus dramas personales y sus escaramuzas políticas e intelectuales. A pesar de ello, aventuro un comentario mínimo sobre un verso específico que puede encontrarse en la obra que lo catapultó al ámbito internacional: ‘Piedra de sol’. Es conocida la construcción cíclica ...

Poema. Descubri-miento.

 descubri-miento A Marco Vinicio Dávila y Flavia Dezzutto. sabíamos que el astro danza, allá arriba, sincronizando su paso con la forma opaca, celosa de la luna sabíamos que la sangre y el canto terminarían con el fin del tiempo y un padre y una madre vagarían por la noche sin sol, eternamente y, cansados los huesos y las almas comenzaría otro mundo su cuenta larga con otro cielo, otra luna, otro sol, otros hombres, otras vidas no sabíamos que ellos estaban allá, lejos, debajo del horizonte matutino, hoguera nueva, con su dios de madera en cruz y el tasajo colgante y desgarrado de un hombre que sufre y muere y renace y vive -eso nos dijeron ellos- aquella mañana era igual que otras tantas y al igual que otras tantas, nos trajo luz, alimento, el verde de una selva verde, el canto de las aves que cantan, el hambre del guerrero que caza los encontramos y eran apenas tres sombras como cerros, traían estandartes y vagando los ojos y los corazones bajaron de aquellos ce...

Un apunte sobre Umberto Eco.

  Un apunte sobre Umberto Eco.   Que un enano intente anudar los zapatos de un gigante es vacua y llana vanagloria. No obstante, espero se me disculpe por intentar menos que eso, y anotar esto al margen de la inmensa y extensa bibliografía que ronda la obra y vida de Umberto Eco. Consabido es el itinerario que siguió la publicación su primera novela, Il nome della rosa y aquella mítica frase que la comparó con una ballena que ‘será muy difícil que pueda caminar’ —cito [mal] de memoria. Y, sobrepasando el volumen y la densidad de aquella escritura, repleta de pasajes oscuros o que requieren incluso un análisis erudito, la obra quedó inscrita en el imaginario popular, gracias a las actuaciones de Sean Connery y Christian Slater, haciendo lo propio en el filme de Jean-Jacques Annaud. Umberto Eco, al escribir su novela, estaba jugando e invitando al lector a entrar en el juego, sugiriendo que la forma adecuada de abordar el texto era ateniéndose a la consigna de ser, cons...

Poema. Palestina.

 Palestina. Queremos que mueran, ¿no lo entienden? En ellos nos odiamos nosotros, en ellos vemos la historia de un pueblo vencido, cegado por el dolor, con ansias de venganza, imposibilitado para obtener un desquite, una compensación. Ese pueblo lleva nuestro rostro. Queremos que no quede piedra sobre piedra ni de campamentos ni hospitales. Eso queremos y no otra cosa. Si pudiéramos -¡si tan sólo pudiéramos elevar la voz y en alemán con gritos abiertos hacer llegar las órdenes al primer frente, al primer soldado!- repetiríamos aquello que otros hicieron con nosotros. Gustosos repetiríamos la historia. [Ellos, ésos, resisten, debajo de las piedras, detrás de una tapia descarapelada por la metralla, los huesos y el plomo, ésos, ellos, cuando ha cesado el bombardeo asoman entre las ruinas, ojos grises, cejas manchadas por un barro que lleva sangre y polvo en medidas iguales. Y lavan con sus lágrimas los pecados del mundo.] Y podemos. ¡Claro que pode...

Sin cuenta. Soneto.

Sin cuenta. Llego sin saber cómo; sin manuales, sin mapas, instructivos, sin apenas una vida que desborda sospechas y algunas certezas fuertes, puntuales. Heme aquí, pendiente de las bondades que diez lustros dejaron en la puerta, las bebo día con día, en la terca persecución de las grandes verdades. Pocos, muchos, ¿sabe Dios cuántos quedan, viajes elípticos sobre esta esfera? Tanta es su bondad, que no me lo dice. Sobre la mesa, pérdidas, ganancias. En la mente, silogismos, erratas. Corazón y vida, ambos sonríen. Francisco Arriaga. México, Frontera Norte. 12 de agosto de 2024.