Gulljan Suite.
Suite para piano solo.
La noche del 19 de febrero de 2022, llevado por los algoritmos ciegos y ultra-precisos de esa red social que, actualmente, tiene fama de ser usada solamente por viejitos, en mi muro se desplegó entre las noticias y videos sugeridos una historia publicada en la cuenta de Canal Once, que reproducía a su vez un video de la Deutsche Welle donde se retrataba el trajinar de una vendedora de libros. Noticia que, si se redujese a esa descripción amorfa y general, diría todo y a su vez dejaría sin tocar la extraordinaria labor realizada por Gulljan en su ciudad y en su país.
No me extrañaría que su nombre de pila sea otro y que se haya buscado al momento de grabar el clip y editar la noticia, proteger de algún modo su vida y mantener hasta donde sea posible las pocas seguridades con que cuenta para llevar a cabo su trabajo.
Una mujer vendiendo libros en Kabul es una mujer que se juega la vida, segundo a segundo. Una mujer que vende novelas y libros científicos en las calles de Kabul es una mujer con una diana colocada sobre el pecho.
La cámara acompañaba su recorrido a través de diferentes establecimientos y diferentes calles, con una mochila colgando en la espalda y con una pila de libros en los brazos. Como quien entra a saco en medio de la batalla, llevándose consigo la mayor parte del botín que pueda cargar.
No me resultó difícil tratar de recrear el panorama que se ofrece ante sus ojos día con día, y esa incertidumbre hiriente y cruel de no saber si al finalizar su jornada habrá de recibir algunas monedas o si un fusil le cortará las alas y los sueños: la Frontera Norte de México -y desafortunadamente, en estos momentos el país todo- ha sido considerada como una de las regiones geográficas más violentas del mundo.
Esa misma noche comencé a trabajar en la Suite y surgieron los primeros siete compases del Ostinato.
Mi hija me hizo saber que iba en la dirección correcta: le pedí que cerrara los ojos y escuchara en los audífonos el avance de esa pieza. Le pregunté qué se imaginaba, qué impresión le causaba. ‘Es como si alguien te estuviera persiguiendo, como si te encontraras en un peligro del que no puedes escapar’- contestó. Así, puesto ya en ello, seguí trabajando y proyectando que la Suite podría constar de un total de 5 piezas.
La primera versión del Ostinato quedó terminada en julio y constó de una docena de compases. Casi de manera simultánea, comencé a trabajar en la Petite rapsodie, quedando terminada en una primera versión también a finales de julio.
Poco antes, en los últimos días de abril, había realizado un esbozo con los primeros compases de Rêves, que fueron elaborándose de forma irregular y al finalizar el mes de julio contaba con 48 compases en total. A partir de agosto pude dedicarme de lleno a esta tercera parte, mientras esbocé un cuarto movimiento que finalmente quedó excluido y descartado del proyecto.
Terminé de componer el tercer movimiento el 12 de octubre y después de algunos días regresé al Ostinato, reescribiendo varios compases de la primera versión y desarrollando algunas líneas y figuras melódicas que no habían sido trabajadas adecuadamente. Esa segunda versión del Ostinato -la versión actual- quedó terminada cabalmente el 20 de octubre.
A partir de ese momento trabajé en la revisión de algunas secciones de la Petite rapsodie. De aquí surgió una segunda versión que fue terminada el 26 de octubre. No obstante, y precisamente por esa revisión, me percaté que algunas otras secciones requerían no solamente una revisión a fondo, sino la reescritura total de algunas de ellas y también de diferentes compases aislados. Esta última versión es la que se presenta aquí, y fue terminada en la madrugada del 7 de enero de 2023.
Creo que las dificultades con que tropecé a lo largo de la composición de la Petite rapsodie tienen que ver más que nada con el estilo casi minimalista empleado en las primeras secciones de la misma, donde intenté economizar hasta el límite y despojar de cualquier adorno innecesario las diferentes frases utilizadas.
El leit-motiv que utilicé intenta retratar -que no aprehender o agotar- la presencia de Gulljan en las aceras y banquetas de Kabul. No sé, no puedo saber hasta qué punto pude conseguirlo, aunque espero que este mínimo homenaje sea a la vez un reconocimiento y un tributo a su labor.
“Wann werden Wörter
wieder Wort?”.
FA - Gulljan Suite by Francisco Arriaga on Scribd
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